Hojas caducas en Crónicas de Olvido

Crónicas del Olvido

HOJAS CADUCAS, DE GOLCAR ROJAS

Alberto Hernández

1.-
La portada del libro lleva impresa la muerte de una paloma. Su cabeza destrozada nos habla de un accidente, de una caída, de una electrocución, de un rayo de luz que le explotó en los ojos, de un choque con el tiempo.
De un desatino aéreo.
La imagen nos concentra en la muerte, en la nada. En el silencio que queda luego de la primera mirada, luego de esa caída imaginada. Muerte poética por lo que contiene, por la inocencia del ser vivo que es desplazado por la memoria humana. Muerte trágica si la trasladamos a nuestro cuerpo, a nuestra conciencia, a nuestra activada consagración a la ambición vital, al material destino de nuestras propiedades.
Ya la portada, la del cadáver de la bestia voladora, es una reflexión que como lectores, más allá de curiosos intemperantes, nos lleva de la mano a sabernos temporales, trozos de tiempo calculado, inanes sujetos de carne y huesos, propensos a la desaparición, a ser ceniza en el barro, a ser polvo en la superficie del agua, a ser muerte andante y permanente en la hoja seca de algún árbol.
Caducos, avejentados, jóvenes vitales. Rebeldes bajo el sol y la lluvia, la muerte está allá, a la vuelta de la hoja del libro, sobre el lomo que vemos en la biblioteca, en la redondez del pan que consumimos, en el trago de agua que sorbemos como si fuese el último o el primero. Como si en algún instante dejaremos de ser para no estar.
La muerte, esa visita momentánea, tan corta como su eternidad.

2.-
Golcar Rojas se adentra en la muerte. La confronta y la saluda. La atiende. Se amista con ella. Le habla. La vierte en unos versos. A veces en un poema. A veces es poesía. A veces es un síntoma, un aforismo, un recado a su presencia. Una advertencia.
La estima con estas palabras:
“Nos estamos poniendo/ muertos”.

“Caeremos como caen/ las hojas caducas/ frente al portal…”

“Ya has perdido/ el cuerpo/ no tiene recuperación”.

“Moriremos a la hora exacta”.

“Seremos los muertos más exitosos/ del cementerio”.

“Al marchar, sólo llevaré mi viejo/ par de zapatos. / Aquellos cuyos tacones enterré/ para que echaran raíces”.

“Si el río se muda/ se lleva lo más leve (…) La muerte es/ un río migrante”.

“Somos el agua/ que cambia de sitio”.

“Alguno días/ los años caen/ como una pesada roca…”

“Donde vaya llevaré mi plaza”.

“Siempre/ es un tiempo que puede ser tan/ corto”

“Necesito un cuerpo nuevo”

“Qué pensarán de mí mis muertos”.

3.-
Somos, entonces, árboles podados, cuyas hojas caducas se pudren en el suelo. Y de allí a ser hojarasca, detritus de un solar, un liviano viento que nos sople.
Con este libro de Golcar Rojas se aprecia a la muerte en su gozo despreocupado, quien espera, quien se da el lujo de aguantarse las ganas, dejar correr la arruga.
Una lectura para despistarla, si es posible, de sus amagos. Que así sea, más allá de su exactitud.

José Pulido: «La poesía que puede nacer y crecer sobre cualquier superficie»

Del olvido y sus menudencias, el más reciente libro de Golcar Rojas, produce la sensación de que a través de la poesía entramos de manera consciente en la gigantesca selva que nos queda de este siglo recién comenzado. Selva de quehaceres para sobrevivir sin rendirse; selva de acariciar esperanzas de corta duración, pero fáciles de materializar en el fragor de lo cotidiano; selva de convivir con toda clase de criterios sin dejar de cultivar el propio sentir, el propio pensar, el propio modo de mirar.

Ese libro es la puerta que nos indica hacia dónde avanzaremos y con qué clase de sentimiento debemos hacerlo. Porque se necesita, de verdad, una manera de incorporarse a la existencia hasta que se nos acabe, avanzar hacia un lugar hasta que se nos acaben el avance y el lugar. El intento es válido y se añadirá a otras demostraciones de utilidad anímica que el bello lenguaje despliega día tras día. La poesía que puede nacer y crecer sobre cualquier superficie.

La poesía de Golcar rescata sentimientos a veces desechados y enseña a repararlos, a reciclarlos, a considerarlos pertinentes. En este libro que tanto me ha impresionado, se dice de un modo directo y hermoso: nunca olvidemos que el olvido es bueno.

Sobrará quien diga que el olvido es malo. Pero Golcar alude al olvido que alivia cuando ya decides que no vas a ver más tus espejismos del mediodía zuliano encima de una carretera aletargada de nieve y, ante el verdor de una arboleda abrumada de árboles hermosos y extraños, no gritarás de nuevo: “¡Mira esos mangos!”.

Alude a la necesidad de no seguir viendo en una esquina, cruzando una calle, reflejada en una vidriera, la figura de una persona querida que ya no volverás a encontrar.

Estando fuera de tu país, miras en cada esquina ajena una esquina que era tuya; una calle con los olores que te pertenecían. La poesía de este libro, Del olvido y sus menudencias, trae eso y más. Trae a Golcar Rojas con su forma inextinguible de hombre que carga un país en el corazón y otro en los ojos.

Fuente: Letralia

De repartidor a autor en un segundo

Tenía 76 paquetes para repartir, distribuidos en cuatro sacas petadas. Me puse el impermeable y empecé mis viajes. La lluvia no ha parado en todo el día, pero eso no es impedimento para este chico Amazon.

Cuando estaba en mitad del segundo viaje, me llegó una notificación de Facebook de que el amigo, Alberto Hernández, me había etiquetado en una publicación. ¡Qué alegría! Alberto ha escrito una reseña entrañable sobre mi libro Del olvido y sus menudencias. Aproveche que tenía que subir 7 pisos en el ascensor para leerla.

Pero mi librito me deparaba el mismo día una nueva sorpresa. Ya terminando el tercer viaje, con la saca casi vacía, fui a entregarle un paquete a @loulasj y cuando me abrió la puerta, me dijo que si era para ella, era mi libro.

Entonces, espera -dije-, hay que hacer un vídeo. Y así fue como el repartidor de Amazon terminó sentado a la mesa del piso, autografiando su librito.

El olvido de cada día

Mientras aprendo a vivir aquí
Voy olvidando lo que es vivir allá.

Practico a diario el olvido
Olvido casas  calles
Ciudades  nombres

Olvido títulos  autores
Libros  películas

Olvido caminos

Me pierdo en rutas habituales
Un mismo viaje es siempre nuevo

Desecho rencores y también amores
matizo mis pasiones
Olvido recuerdos

Me quedo con sensaciones
que también se diluyen con el tiempo
a pesar del empeño de mi cuerpo
en recordar

El olvido es

la mejor herramienta

Al final, nos quedan flashes
 emociones
llamadas
nostalgia
que no son memoria
apenas la sensación recreada
por el tiempo y el olvido.

Del olvido y sus menudencias

Desde hoy, tengo un nuevo título publicado en amazon: Del olvido y sus menudencias.

Se trata de un librito con textos acerca del olvido cotidiano que nos permite vivir y sobrevivir a diario.

Para esta edición he contado con una reseña de la poeta española Verónica Aranda, querida amiga que prontamente accedió a regalarme estas líneas que transcribo a continuación. Además, he tenido la impagable ayuda de Violeta Rojo y Laura Cracco en la revisión de los textos, sin ellas, este libro no sería lo que es.

Dice Verónica:

En Del olvido y sus menudencias, el escritor venezolano Golcar Rojas parte de preceptos budistas como el desapego y el aquí y el ahora para metaforizar el olvido, entendido como antídoto, brújula e instrumento de supervivencia. Su representación como resistencia y tabula rasa a la hora de echar raíces en otro continente se va abriendo paso en los poemas del libro, a través de variaciones y una estructura circular. Un olvido que se inicia en el cuerpo para completar una lúcida reflexión sobre la memoria y la necesidad de extirpar la nostalgia, “ese dardo envenenado”.

La de Golcar Rojas es una poética espontánea y clara, que rehúye de cualquier retórica y hermetismo para reflexionar sobre el presente y la necesidad de pasar página. La escritura acompaña en las etapas de la vida para sanar heridas, dejar atrás lastres y avanzar hacia la plenitud, observando con atención y una actitud estoica los ciclos de la naturaleza y esa “hoja que cae de la secuoya” y que ya “no recuerda la rama ni el árbol”. Fluir así con el paso de las estaciones para llegar, finalmente, a ese “tan sólo estar”, del que hablaba Santôka en sus haikus más lúcidos.

Pincha en este enlace para comprar el libro: Del olvido y sus menudencias

Reseña de Cosas de domingo publicada por el @circuloescritoresvenezuela

«Cosas de domingo» es el nuevo libro publicado por el escritor venezolano Golcar Rojas.
Es un poemario surgido a partir de hechos, pensamientos, reflexiones y vivencias experimentadas ese día de la semana en el que la cotidianidad parece detenerse y el ocio da paso a fantasmas y fantasías. Son 19 textos escritos durante varios domingos o inspirados por él.


Cada texto va acompañado por fotografías de Cristian Espinosa. Imágenes que en sí mismas nos cuentan de los domingos; a cada uno de los escritos lo antecede un epígrafe de algún poeta o un fragmento de alguna canción que nos remite a la emoción dominguera.
Aunque ya había publicado poemas sueltos en su blog y libros, así como crónicas poéticas dedicadas a muchachos que murieron en las protestas en 2017 en Venezuela, que luchaban por el futuro de un país.
Por primera vez publica un poemario.

«Cosas de domingo», en cambio, son poemas. También marcados por la crónica periodística, que al fin y al cabo es una marca personal, y en los que se incluyen dos haikus, otra de las pasiones y obsesiones del autor, contar en 17 sílabas y tres versos, una emoción, una imagen. Pequeñísimos poemas surgidos generalmente por el impacto de una imagen y un momento. Pequeños raptos, esos instantes que nos quitan el aliento por un segundo.
Cosas de domingo se consigue en Amazon tanto en versión impresa como en kindle, juntos con los otros ocho libros que Golcar Rojas ha publicado.
@golcar1 en Instagram
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